[1]El año escolar comienza, inevitable o felizmente, pero no todos lo viven de igual manera.
Los profesores novatos, al igual que los niños pequeños, lo esperan con ansias, con la ilusión de un nuevo proyecto de vida, que en el caso de los profesores novatos, inexpertos, recién saliditos del horno de la Universidad, les permita poner en práctica todos los conocimientos aprendidos durante sus años de estudiante; así como las veintemil ideas que surgirán en el transcurso del año.
Para los niños pequeños, los que van por primera vez o cambian de escuela, llegan con la ilusión del reencuentro entre amigos, con el deseo de conocer nuevos y con la mirada puesta en los juegos y aventuras por vivir.
En el caso de los profesores experimentados, el inicio del año escolar se vive también con ilusión, y se afronta con las ganas de hacer un buen trabajo, bajo la seguridad que aporta la experiencia.
Tenemos el caso de los adolescentes, para ellos la vuelta a clases es lo peor; otra vez a levantarse temprano, los exámenes, los trabajos, los portafolios, la puntualidad… y un sin fin de cosas que para el estudiante son un fastidio. Lo único que compensa es volver a ver a los amigos, que quizás durante las vacaciones no vimos, las fiestas que durante el año se presentaran y como no las “cositas” que siempre ocurren en ese extenso año escolar.
Está también la esperanza de que ya queda un año menos para salir del colegio, aunque años después deseamos con todo nuestras fuerzas que nunca hubiera finalizado nuestra vida escolar.
No podemos olvidar a los padres, que como todos, en este proceso pueden vivirlo de formas diferentes. Están los novatos en estos asuntos, que además de el desconocimiento normal, les invaden los miedos y preguntas típicas: ¿le irá bien? ¿Tendrá amigos pronto?… y miles de dudas y cuestionamientos que solo los que son padres y han vivido este proceso previamente podrán entender.
Con los padres experimentados ya no pasan estas cosas, ya saben a donde van y cómo es el funcionamiento , y este proceso se vive, como comúnmente decimos, “más suave”.
No importa el personaje que interpretes en esta obra, puedes ser profesor, novato o con experiencia; alumno, escolarizado por primera vez, o ya con tus añitos de escolaridad; o padre, bien seas primerizo o con cierta experiencia; en fin, los nervios del primer día siempre te acompañaran, y verás este nuevo año como un reto más, una nueva oportunidad de aprender, enseñar, conocer, descubrir… crecer. Nunca olvidemos que “Enseñar es aprender dos veces”.
¡Ánimo, feliz y prospero año escolar 2010-2011!