[1]El buen humor y la risa han sido ignorados en el ámbito educativo. Sin embargo, en la actualidad están siendo considerados como parte de las destrezas y competencias sociales y educativas. Se ha llegado a determinar que la risa es buena para la salud y para la educación. La risa crea vínculos y solidaridades que son importantes para que el ambiente escolar sea sano y productivo.
En un artículo sobre el tema, titulado “Riéndose aprende la gente”, su autora Anna María Fernández Poncela, sostiene que la risa es vida y que el humor y la risa sin una de las actitudes más humanas y también menos valoradas de forma consciente. La autora llama la atención sobre la importancia de la risa en la escuela. Sostiene que pese a su importancia para crear vínculos sanos entre los estudiantes y entre éstos y los profesores, la risa más bien se ve como un elemento discordante que, por demás, rompe con el orden y la disciplina, Por tal motivo los profesores no animan a los estudiantes a reír, sino todo lo contrario, alegando “que la escuela o el colegio y el aula son lugares muy serios”.
Contrario es esto, hay que revalorizar la risa en el ambiente escolar, se requiere un cambio rotundo de paradigma, y reconocer el valor creativo de la risa. Los profesores deben cambiar el concepto que tienen de la risa en el aula. Estudios serios sobre la risa hacen referencia a los efectos psicológicos de la misma.
La autora de este artículo se pregunta. ¿Para qué utilizar el humor en el aprendizaje? Por varias razones, en primer lugar, porque es fácil y a todo mundo se le da bien, porque reduce el estrés, la ansiedad o las amenazas y acerca a las personas. Pero hay más, el humor se emplea para comunicar la relevancia y la memoria visual, cuestiones importantes para recordar la información, lo mismo que las emociones, las cuales colaboran para aprender más rápidamente los datos, recordar mejor los contenidos, hacen que la información parezca real en el sentido en que creemos lo que sentimos, y ayuda a tomar mejores decisiones. Otra cuestión es que proporciones un descanso al cerebro que le facilita la creación de sentido y el focalizar la atención, entre otras cosas.
Reír en clase o en espacios, relaciones y contextos de estudio favorece varios aspectos psicológicos, como ya vimos en general, así como algunos específicos en la actividad, proceso y relación de la enseñanza-aprendizaje, que presentamos a continuación:
- Eleva autoestima.
- Reduce estrés y ansiedad.
- Reduce depresión y temores.
- Aminora conflictos, tensiones, hostilidad, ira etcétera.
- Amplifica la relajación, libera, tranquiliza.
- Aumenta la agilidad de la mente, la despeja.
- Tiene lugar un mayor y mejor aprendizaje.
- Hay más atención y concentración.
- Mejora la memoria.
- Hay mas comprensión afectiva y efectiva
- Beneficia la comunicación y la cohesión.
- Favorece la confianza y la afectividad, la relación y la expresión.
- Motiva, identifica, une, conecta, vincula.
- Es positivo para la creatividad, imaginación e intercambio de ideas.
- Mejora la flexibilidad mental, aportando soluciones creativas.
- Distrae de la incomodidad y el dolor.
- Hace pasar el tiempo de forma más rápida y agradable, las clases parecen más cortas y las tareas menos monótonas, pesadas o aburridas.
- Recuerde: Sonría y permita que sus estudiantes también lo hagan y lo disfruten.
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