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La Autoestima y la Motivación para el Éxito

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Antes de definir el Clima Familiar que desarrolla la autoestima, describiremos las conductas que revelan una pobre autoestima.  Por un lado están las personas que tienen a ser depresivos, por lo que:
La  auto-crítica.
El auto-reproche.
El auto-castigo.
El auto-freno.
La autodestrucción con compartimientos temerarios. Ej. Consumo de drogas.
El auto-asesinato.

Podrían formar parte de sus comportamientos en el día a día. Otra característica frecuente es que lo que hacen no les satisface.

Por otro lado, están las personas con un yo inflado, muestra también de su pobre autoestima que representa las siguientes conductas:

Las personas con autoestima, por el contrario se conocen por lo siguiente:

El clima Familiar que genera personas con autoestima presentan las siguientes características:
a.    Existen muchos elogios de padres a hijos y de hijos a padres.
“Aumentamos lo que subrayamos”.
Al subrayar lo positivo se convierte en parte de la auto-imagen de cada miembro de la familia.

b. Las críticas son reducidas, y se transforman en oportunidades de aprendizaje, por la forma en que son expresadas siempre con respeto a la persona y aportando solución a la conducta inadecuada. Los padres con baja autoestima denigran a los hijos.

Si yo no sirvo, mis hijos tampoco sirven. Por eso para trabajar la autoestima de los hijos, primero los padres necesitan trabajar la propia.

c.    Existen muchos comentarios neutros. Quiere decir que se dialoga sobre acontecimientos, nacionales, mundiales, deportes, modas, etc. Es decir sobre hechos, que no tienen que ver con la intimidad de la relación.

d.    Existen muchos comentarios empáticos,
donde se acoge al sentimiento sin criticar al que sufre o a los que están involucrados en el conflicto. Se refleja el sentimiento del que sufre y se le da apoyo.

e.    El nivel de sobreimplicación de los padres hacia los hijos adolescentes es bajo. Ej. Tenemos un problemas con la graduación de nuestro hijo. En ese caso tiene problema el adolescente, no los padres, pues estos ya se graduaron en su momento. La implicación sana por el contrario, consiste en conocer cuáles son los problemas que los hijos tienen que resolver solos y en cuáles le podemos servir de bastón o apoyo, ayudándolos, poniendo los límites que los van a contener, pero dejando que ellos tomen sus propias decisiones.

Honrar a los padres no significa obedecer, sino darles honor, con buenas metas que pueden  hacer feliz al hijo al escoger su propio camino, que no necesariamente sea lo que los padres quieran.

Si queremos hijos exitoso y con metas propias, trabajemos pues por crear un clima efectivo que aumente la autoestima de todos los miembros de la familia.