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Profesor, ¡Quiero que mis Hijos Lean!

LibrosEl enseñar a leer  es parte de las asignaturas básicas que todo padre debe de iniciar a sus hijos. Esta conciencia de deber es la que abrirá el camino a un mundo nuevo y maravilloso en el que padre e hijo se sumergen, a una voz, en un plano totalmente mágico. Esos momentos de intimidad casi religiosos no se olvidan; instantes en los que el corazón del niño late al ritmo de la historia que el padre le cuenta. Momentos memorables en el que se creen que son piratas en altamar, liliputienses en tierra de gigantes, Alicia  o Simba. Esos momentos no se borran de la memoria.

Y qué decir del padre. Sólo de imaginar la escena, el espíritu se apacigua y a la vez lo anhela.

Hoy, más que nunca, la lectura es necesaria en cada familia. No hablo de esa actividad que el niño llega a identificar como una imposición más de padres y profesores; sino de ese espacio casi sagrado en el que dos almas se afirman y dos mentes se unen. Puesto así, no hay riesgo de que se vea como castigo, sino como momento de amor, y el amor es deleite y a la vez contemplación.

Muchos padres me han planteado la inquietud de no saber cómo lograr que sus hijos e hijas sean amantes de la lectura. Ante esta cuestionante, no es secreto que tienen ventajas aquellos que sus hijos están cursando la primera década de la vida. Este es el momento más oportuno para adquirir los hábitos de lectura. Sí, así es, es durante esos diez años en los que se fija para siempre este hábito, de tal manera que sea una actividad natural para el ser que se forma, deseada y buscada.

Como padres y educadores debemos ser consientes que la lectura es una actividad que el individuo aprende pero que también puede ser enseñada. Ese deleite se aprende o por sí mismo, o por una guía sistemática y adrede de una segunda persona que maneje el proceso de enseñanza. Descubierta la espada de Damocles, deducimos que si queremos que nuestros hijos e hijas sean lectores debemos hacerlos lectores, no dejarlo a su responsabilidad. Pero, ¿y cómo lo hago? ¿Cuál es la clave? Les doy una pista: “El reto está en lograr estimular la curiosidad por la actividad en sí de leer y por ende en los libros”.

A continuación enlisto los tips que me han dado resultados a la hora de promover en mis estudiantes el hábito a la lectura.