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El Impacto de la Educación en el Crecimiento Personal

cohdra100_1421-1 [1]Según ha ido evolucionando el hombre, consigo han ido creciendo múltiples aspectos que definen a la especie humana, tales como el raciocinio y el deseo de aprender. El deseo de saber lo ha impulsado a buscar medios que le permitan asociar la naturaleza con las creaciones de su naciente intelecto. Es por ello, que el crecimiento personal de la especie humana está íntimamente ligado al aprendizaje y a la instrucción. En torno a esto Altarejos y Naval (2011), explican que si se toma literalmente una definición de Educación, el acápite que aborda su contribución con el desarrollo del hombre, puede claramente tomar como parte esencial el concepto de la instrucción, para el avance de la especie humana, en el plano cognitivo, y por ende, repercute en su escala social, ya que la esencia del término “perfeccionamiento”, ligado a la definición de Educación, aduce que es algo inacabado, que sigue en constante mejora.
Desde sus orígenes, la Filosofía y la Educación han ido conformando un vínculo interdisciplinario, en lo concerniente con la formación intelectual de los individuos, interrelacionando aspectos cognitivos y sociales. Por tanto, la educación puede ser concebida como la piedra angular de esa transformación social del hombre, de ese avance entre sus semejantes. No obstante, junto a esos progresos, el hombre también tiene que enfrentar situaciones que surgen con la modernidad, y es allí, donde pone en práctica lo aprendido; se produce un enlace que estos autores llaman acción-actividad. Para enfrentar las responsabilidades de un nuevo escenario, el hombre llega a la reflexión y a la creación de un nuevo paradigma a seguir.
Citando a Ormrod, (2008), en la naturaleza, la única especie que necesita de los demás, de forma imperativa, es el ser humano. Esta es la razón de que el hombre es primero por necesidad, y luego por convicción, eminentemente social. Es en el proceso de crecimiento, donde va necesitando ser educado e instruido sobre aspectos necesarios para su supervivencia, en su entorno, pero como ya se ha dicho antes, según fue avanzando, así fueron creciendo las ambiciones y nuevas formas y necesidades. Este hecho provoca el surgimiento de ideas revolucionarias, doctrinas y dogmas. Así crea un espacio donde es parte de su propio crecimiento y mejora personal. Como se ha mencionado anteriormente, la Filosofía y la Educación ayudan a que conjuntamente el ser humano construya un presente que cimenta las bases de su historia, su avance y su evolución. Esta relación hace imposible desligar a la Educación de la Filosofía, dado que sus engranajes conforman aspectos propios de entes civilizados, tales como el raciocinio y el pensamiento coherente. (Altarejos y Naval, 2011).
Como clara forma de evolución, la Educación ha pasado por etapas que representan progresos importantes para el logro de la sistematización de la enseñanza. La historia registra el paso de corrientes como el Conductismo, el Cognitivismo y el Constructivismo. Cada uno de estos paradigmas, aunados a la Filosofía, han aportado al crecimiento de la Educación, como ciencia y a la concepción de parámetros que permiten lograr un aprendizaje gradual y permanente en los alumnos. Autores como Joseph (2006), Gimeno (2009) y Anijovich y Mora (2009), hacen referencia de los aportes de cada corriente educativa. Sin embargo, enfatizan en los cambios radicales que introdujo el Constructivismo, resaltando que el mismo, se creó tomando y sistematizando lo más importante de los paradigmas educativos anteriores, los cuales puntualizaban en el aspecto psicológico. De forma trascendente, el Constructivismo ha trazado la pauta de la enseñanza, en las últimas décadas.
Por su parte, Zubiría (2004), afirma que “El Constructivismo tiene implicaciones significativas en los procesos de enseñanza-aprendizaje del siglo XXI, desde la formulación de objetivos educativos centrados en una educación basada en competencias, hasta la construcción de conocimientos a través de la creación de zonas de desarrollo próximo, enfocadas a potencializar capacidades tanto a nivel intrapsicológico como intersicológico” (Zubiría, 2004 p.89). La autora destaca la relevancia y el rol que ha jugado la corriente constructivista dentro de la Educación, desde sus inicios hasta el siglo XX. Podría decirse que el Constructivismo le dio un giro moderno y más sistemático al proceso de enseñanza.
Como parte activa de una corriente epistemológica, el Constructivismo acuña a la Filosofía como un pilar, en torno al razonamiento, el pensamiento crítico y la lógica. En aras de realzar la Educación como motor principal del avance del hombre. Para fomentarlo, a través de los años han surgido iniciativas que han puesto especial atención en este campo tan importante para la supervivencia humana. Instituciones como la UNESCO, han demostrado especial interés en sistematizar cada proceso referente a la Educación como ciencia. Tal es la declaración llamada “Cuatro pilares de la Educación”. Este manifiesto, resume una perspectiva más personal y minimalista de los objetivos fundamentales de la educación en el hombre, y la finalidad de crecimiento, para el mismo.
En sentido general, la sistematización de los procesos educativos, ha dotado a esta naciente ciencia de la Educación, de la creación de paradigmas fundamentados en la ciencia, y en la funcionalidad para permitirle al hombre, a diferencia de otras especies, forjar su propia identidad, crecer, crear y aprender a convivir con los elementos de su entorno. Ormrod, (2008), afirma que una vez que el ser humano logra hacer un andamiaje con los aprendizajes previos, posee la capacidad cognitiva para poder reproducir esos conocimientos.
Referencias
Altarejos, C., Naval, F. (2011). Filosofía de la educación. Madrid, España: EUNSA.
Anijovich, R., Mora, S. (2009). Estrategias de Enseñanza. Otra mirada al quehacer en el aula. Buenos Aires: Editora Aique.
Delors, J. (1996.). Los cuatro pilares de la educación. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.
Joseph, N. (2006). Strategies for Success: Teaching Metacognitive Skills to Adolescent Learners. New England Reading Association Journal, ProQuest Education Journals.42 (1).
Ormrod, J.E. (2008) Aprendizaje humano. Capitulo VIII. Recuperado el 24 de febrero del 2010 del sitio Web del Programa de Psicología del aprendizaje en Lecturas del Tecnológico de Monterrey: http://ftp.ruv.itesm.mx/apoyos/logistica/logistica/ege/ed4025/ed4025_cap8.pdf
Gimeno Sacristán, J. (2006). Aprendizaje basado en competencias. Madrid.: Morata.
Zubiría R., H. D. (2004). El constructivismo en los procesos de enseñanza-aprendizaje en el siglo XXI. México: Plaza & Valdés S. A de C.V.