[1]“Con o sin razón, el maestro tiene la impresión de estar solo.”
La parte final de la Presentación del Informe de la UNESCO 1996 (“La educación encierra un tesoro”) está dedicada a resaltar la característica dialogante del acto educativo entre la escuela y la sociedad, que el autor la desarrolla en su tema: “Aplicar con éxito las estrategias de la reforma educativa”.
Con ese título quiere destacar que no basta con sugerir nuevas formas y espacios del acto educativo; es esencial que los actores desempeñen con éxito sus funciones.
Vuelve así el autor de esta Presentación, Jacques Delors, a insistir en esa presencia de la comunidad y se vuelve más explícito, sugiriendo “estrategias exitosas para la reforma”.
Entre otras, enumera:
- Que la comunidad local en la evaluación de sus necesidades, dialogue con las autoridades públicas y con los grupos interesados en cooperar con esa participación.
- Que continúe ese diálogo a través de los medios de comunicación.
- Que promueva debates sobre el tema educativo dentro de la misma comunidad educativa.
- Que eduque a los padres, y promueva actividades para su formación permanente.
- Que capacite de manera permanente a los docentes en su función educativa.
Impresiona la insistencia con que el autor le atribuye un gran valor educativo a esta acción de la comunidad en diálogo permanente con la escuela. Porque de esta manera afirma:
“Las comunidades asumen más responsabilidades en su propio desarrollo y aprenden a valorar la función de la educación, concebida ahora como un medio para alcanzar determinados objetivos sociales, y como una mejora deseable de la calidad”.
Invito al lector a reflexionar sobre este importante párrafo, pues en él, sin expresarlo, plantea la tesis de que ese diálogo contribuirá a una mejoría de la calidad de vida de la propia comunidad, dependiendo del nivel de seriedad con que ésta asuma participar en los procesos educativos que ocurren en las Instituciones educativas de su medio social.
Pasa ahora el autor a justificar lo que acaba de afirmar, y presenta las razones por las cuales la comunidad debe implicarse más en los procesos educativos de su entorno:
La vida, el mundo exterior entra cada vez más en la escuela, los alumnos están ahora más informados, en especial en asuntos técnicos y modernos. La consecuencia es que los padres ahora no saben cómo responder a planteamientos que les hacen los hijos, más inmersos en la modernidad. Los miembros de una comunidad barrial, local, más integrados a la escuela, estarán en mejores condiciones para dialogar con sus hijos sobre temas de actualidad.
Esta presencia de la comunidad en la vida cotidiana de la escuela, le quitará a los educadores la impresión de soledad, y les hará sentirse respaldados y estimulados a dar lo mejor de sí mismos, porque percibirán que se valoriza su dignidad como docentes, y crecerán en una sana auto-estima de su noble función de educadores.
Como resultado de estos estímulos, el maestro se sentirá motivado a mejorar la calidad de su función docente y educativa de una manera sistemática y permanente,y participará en proyectos que promuevan y favorezcan esa función, “para no llegar tarde a la gente”, como ya hemos reiterado en artículos diversos. “Quedarse atrás en la Historia” sería la mayor desgracia que le pudiera ocurrir a un educador: él mismo se auto-eliminaría del universo educativo y claudicaría – en la práctica – de lo que dice ser.
“La Comisión hace el mayor hincapié en la permanencia de los valores, las exigencias del futuro, y los deberes de los docentes y de la sociedad”.
Hace más de 20 años, un gobierno militar que surgió en Perú, tomó la decisión, en el sector educativo, de dedicar el 50% de los contenidos educativos a los conocimientos básicos tradicionales, para que el otro 50% fuera el resultado del contacto y diálogo con los actores sociales del medio en que estaba inserta la escuela. No sé cuál fue el resultado ni por qué no se continuó, pero es evidente que se adelantaron décadas a lo que ahora se propone en el Informe de la UNESCO 1996. Este podría muy bien ser uno de los “tesoros escondidos” a que hace alusión el Informe mencionado, que lleva por título precisamente: “La educación encierra un tesoro”. Por “actores sociales” entendemos, tanto personas como grupos organizados de la comunidad local.
Para ser prácticos, deseo presentar algo concreto para que “la vida entre en la escuela”.
Un posible Proyecto: “Mi comunidad barrial entra en mi escuela”.
1. Justificación:
Nuestra Institución educativa está consciente de que los actores sociales de nuestra comunidad local poseen vivencias y experiencias que ameritan
ser integradas a nuestro proceso curricular. Ellos (personas y grupos organizados) realizan actividades que conllevan valores de todo tipo, y que son un ejemplo para la comunidad.
2. Objetivos:
Identificar a los actores sociales más significativos del sector donde está nuestra Institución para solicitar su presencia en la escuela, y enriquecer a los miembros de la comunidad educativa (alumnos, maestros, padres) con las experiencias más significativas de sus vivencias. (zapatero, enfermera, herrero, farmacéutico, frutero, equipos culturales, deportivos, etc.etc.)
3. Estrategias:
- Hacer un inventario de esos actores sociales (Lo pueden realizar tanto profesores, como padres y alumnos)
- Invitarlos a que se integren al proyecto educativo de la escuela, mediante diálogos con los estudiantes.
- Que un equipo de profesores se encargue de contactarlos, y orientarlos sobre la forma de hacer su presentación: claridad, precisión, testimonios, razones, etc.
- Identificar en el calendario escolar la periodicidad de esos encuentros, a partir de qué nivel o cursos se realizarían, su duración , etc. determinando los pasos que tendría ese encuentro: Presentación del invitado, descripción de su oficio por parte del invitado, diálogo inter-activo con los estudiantes.
4. Recursos humanos, técnicos y económicos.
5. Evaluación:
Fase posterior y reflexiva: Diálogo del maestro con sus alumnos, invitándolos a destacar los aspectos principales de la intervención, los valores insinuados o expresados, las aplicaciones prácticas que se derivan para ellos en sus vidas, etc.
En cursos de nivel superior de Primaria, y de Secundaria, se puede integrar este diálogo a otros objetivos curriculares: que los alumnos aprendan a captar lo esencial de cualquier mensaje verbal, que aprendan a expresarse correctamente en público con claridad y auto-confianza, etc. Se pueden también sugerir resúmenes escritos de lo acontecido, para el aprendizaje del correcto uso de la redacción con sentido lógico y coherencia, así como para la práctica de una correcta ortografía y sintaxis, etc.
En fin, que el educador tendrá en sus manos “una vida”, una experiencia humana estimulante, recurso privilegiado para derivar múltiples consecuencias positivas, como por ejemplo, aprender a valorizar y respetar lo que otros hacen con dignidad y eficiencia, y enriquecerse con nuevos conocimientos y nuevos amigos. A su vez, los invitados sentirán crecer su auto-estima con ese reconocimiento de parte de la comunidad educativa cercana a ellos, y se sentirán motivados a mejorar su calidad de vida y su forma de comunicarse con otras personas, etc.
¿Y el curriculum académico, qué?, pudiera preguntar alguno.
Si los directivos y la comunidad educativa de una Institución la perciben como una fábrica de bachilleres, entonces les será difícil entender y aplicar esta propuesta. Pero si comprenden a tiempo que su misión es “educar para la vida”, entonces les será fácil incluir este tipo de recurso en su curriculum para “aportar más vida” a la experiencia de sus educandos.
Y en una sociedad informática, donde los conocimientos llegan por múltiples canales extra-escolares, habrá que aceptar que la escuela ya no es “el templo del saber”. ¿Y qué es, entonces? Debe ser “un espacio de acogida adonde llegan los saberes y experiencias del mundo (la famosa“aldea global”) y donde se organizan en una unidad de significación que enriquecerá la vida del educando, y no solo su intelecto”.
A punto de concluir estos comentarios del documento de Presentación del Informe de la UNESCO 1996, habría que añadir que estos encuentros con los actores sociales, bien preparados y aprovechados educativamente,y esparcidos a lo largo del año escolar, podrán abrir puertas alternativas para el futuro de muchos estudiantes, menos dotados para el simple aprendizaje intelectual, y que les serán valiosos para descubrir en ellos nuevas formas positivas de “ser y de crecer en humanidad”, habilidades y funciones que la sociedad también necesita. Ese tipo de encuentros con vivencias y testimonios les permitirán aceptarse y valorizar sus dones personales para insertarse creadoramente en la sociedad, y no sentirse inferiores o frustrados porque “no son bachilleres”. Considero muy importante esta observación final de nuestros comentarios.
Para concluir, transcribo las reflexiones con las que termina la Presentación que hemos comentado:
“La educación es todo lo que la humanidad ha aprendido sobre sí misma. Parafraseando al poeta, que elogiaba la virtud del trabajo, podríamos decir: “ Pero el padre fue sabio al mostrarles, antes de morir, que la educación es un tesoro”.
Jacques Delors, Presidente de la Comisión.
Enlaces Relacionados:
Primera Parte [2]
Segunda Parte [3]
Nota: Publicado originalmente en Febrero 2011