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Asumamos, Unidos, El Desafio Educativo De Nuestro Pais (Cuarta parte)

[1]Entramos ya de lleno, con este artículo, en la temática del primer capítulo del Informe de la UNESCO: “La educación encierra un Tesoro”. Este primer capítulo lleva por título: “De la comunidad de base a la sociedad mundial”.
Luego de describir el fenómeno actual de la globalización en todos los campos de la actividad humana, el Informe advierte:
La educación tiene indudablemente una función importante que desempeñar si desea controlar el auge de las redes entrecruzadas de comunicación que, poniendo el mundo a la escucha de sí mismo, hacen que verdaderamente todos seamos vecinos”.
Gran desafío lanza el Informe a los educadores y a los sistemas educativos de hoy. O adaptan sus objetivos, metodologías y contenidos a esta realidad, o se desfasan, se quedan atrás y “llegan tarde” a la generación de hoy.
Los autores del Informe presentan luego una característica contrastante al interior de su planteamiento: la afirmación de la tensión entre lo local y lo mundial, que es un hecho evidente y verificable con solo leer las noticias serias y fundamentadas. ¿Qué ocurre?
Hay una conciencia cada vez más aguda de la magnitud de las disparidades visibles en el mundo, y de las muchas tensiones entre “lo local” y “lo mundial”.
Los grupos humanos con características e historias ancestrales propias, han tomado conciencia de que con la llegada de la globalización se puede perder la herencia propia y peculiar, y por eso toman medidas muy concretas para preservar su identidad histórica. Es lo que está ocurriendo con nuestros valerosos grupos indígenas de nuestra América Latina, que son noticia frecuente en los diarios y noticiarios.
La rápida evolución de las sociedades, opera en dos direcciones: hacia la globalización, pero también hacia la búsqueda de múltiples enraizamientos particulares”.
Esta aseveración es de gran importancia, y tiene – debe tener – una gran repercusión en la concretización del acto educativo y su “enraizamiento” en el contexto humano y local en que se realiza: Se educa a seres concretos, con  nombres y apellidos propios, con historias personales y comunitarias propias, miembros de núcleos con tradiciones, culturas y visiones peculiares y específicas sobre las realidades de la vida; en resumen, tienen un estilo peculiar de ser, de percibir el mundo, una jerarquía de valores, grandezas y debilidades.

Toda esa realidad tiene que “volcarse” en el contenido del proyecto educativo, para consolidar y fortalecer sus aspectos positivos, y redimirla de sus anti-valores y carencias.
Ayudar a transformar en solidaridad deseada una interdependencia de hecho, es una de las tareas esenciales de la educación”.
El Informe señala, a continuación un objetivo general que tiene que estar  presente en los proyectos educativos de hoy en día: “Que cada persona pueda comprenderse a sí misma y a los demás, mediante un mejor conocimiento del mundo”. De esa manera, añade, “la educación manifestará ahora más que nunca su carácter insustituible en la formación del juicio, favoreciendo una verdadera comprensión de los hechos, más allá de la visión simplificada o deformada que a veces dan los medios de comunicación”.
Dicho de otra manera: ante la masiva y aparatosa difusión de la información, la escuela tiene que desarrollar en sus educandos un gran sentido crítico, y proveerlos de los instrumentos racionales, emocionales y éticos  con que puedan enfrentar  el cúmulo de datos que  les  llegan  por diversos canales: radio, televisión, revistas, narraciones, etc.etc.
Apoyado en la cita que acabo de transcribir en el párrafo anterior, invito a los educadores a hacer un ejercicio de realismo educativo, y preguntarse: ¿Hemos incluido en nuestro proyecto educativo, momentos para dedicarlos a someter a juicio crítico los datos de relevancia que reciben nuestros educandos, utilizando métodos interactivos – no monólogos profesorales – adaptados al nivel del grupo escolar al que va destinado el aprendizaje de la criticidad?
El Informe que comentamos, más adelante propone como contenido en todo proyecto educativo actualizado “la comprensión de las relaciones que unen al ser humano con su ambiente”. Otro desafío derivado de la globalización. Pero aclara muy oportunamente que para lograr en un educando esa adaptación a lo universal, “no se trata de añadir una nueva disciplina a programas escolares ya recargados, sino reorganizar la enseñanza con base en una visión de conjunto de los vínculos que unen a hombres y mujeres con su medio, aprovechando conjuntamente las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales”.
Entiendo que es de la mayor importancia que los educandos de hoy, reflexionemos profundamente en la sugerencia que acabo de transcribir literalmente del Informe, y que tengamos el valor de “concretizarlo” en la praxis cotidiana de nuestra acción docente.
Estas orientaciones, posiblemente nuevas para la mayoría de los educadores que por esta vía están entrando  en contacto con los planteamientos del Informe de la UNESCO 1996, son los que irán marcando las grandes diferencias entre educadores e Instituciones educativas que se actualizan, y las que por no hacerlo, se irán quedando rezagadas en la dinámica de la Historia.

Con este sentido de equilibrio y visión planetaria que caracteriza a este extraordinario Informe, concluimos nuestros comentarios al primer Capítulo con este significativo párrafo:
La educación debe  por tanto esforzarse, al mismo tiempo por hacer al individuo consciente de sus raíces a fin de que pueda disponer de puntos de referencia que le sirvan para ubicarse en el mundo, y para enseñarle a respetar a las demás culturas. Los grupos humanos, los pueblos, las naciones, los Continentes no son todos semejantes”.
El conjunto de los planteamientos comentados, se convierte así en un diseño programático para  la educación de hoy en día, y concretamente para ayudar a cada educador, cada educadora a mejorar su percepción de lo que se espera hoy de ellos.: Se les pide que enlacen armónicamente en el acto educativo, dos elementos complementarios: “La singularidad de la propia cultura con el patrimonio común de toda la humanidad”.
Como cada Capítulo de este Informe termina con un tema encuadrado, que permite ampliar lo expresado anteriormente, deseo añadir  el párrafo final del comentario del primer tema del Informe, cuyo título es: “Los jóvenes y el patrimonio mundial”:
La educación tiene, pues, una responsabilidad particular que ejercer en la edificación de un mundo más solidario, y la Comisión estima que las políticas educativas deben traducirla resueltamente. En cierta forma, debe contribuir al nacimiento de un nuevo humanismo, con un componente ético esencial y amplio lugar para el conocimiento y para el respeto de las culturas y los valores espirituales de las diferentes civilizaciones, contrapeso necesario a una globalización percibida sólo en sus aspectos económicos o técnicos. El sentimiento de compartir valores y un destino comunes, constituye en definitiva el fundamento de cualquier proyecto de cooperación internacional”.

Publicado originalmente el 28-2-2011