[1]En esta llamada “Era de la Información“, nuestros alumnos están más inclinados al uso de aparatos tecnológicos como una herramienta para enriquecer su forma de aprender. La mayoría de ellos recurren a teléfonos inteligentes otros al Ipad, Kindle, Tablet o la tradicional Laptop para la búsqueda de información, lecturas y realización de sus trabajos. Es por esto que venía evaluando la posibilidad de incorporar libros digitales en la enseñanza del Inglés como segunda lengua.
Luego de tres años de evaluación, me decidí a cambiar el viejo libro de papel, con carpeta dura, de un peso incomparable, por un modelo digital, que solo ocupa espacio en un disco duro por tiempo definido, que se maneja con un código o contraseña y cuyas páginas se pasan al toque del cursor utilizando la yema de los dedos.
Ahora bien, ¿Cuál ha sido la respuesta del alumnado y los maestros respecto a este nuevo formato de libros? En tan solo un año escolar de uso, hemos podido constatar que muchos de los problemas que solíamos tener cuando era utilizado el libro de papel, se han reducido. Por ejemplo, no se queda en casa, no se extravía, no se le van las páginas, pues pueden tener acceso por medio de los diferentes aparatos tecnológicos que tanto el alumnado como los maestros manejamos. Es mucho más cómodo para trabajar, hay acceso a videos en la red, conexiones culturales, biografías y otros.
En cuanto a las desventajas, hemos podido observar durante su uso, que si la institución no tiene un internet con mucha capacidad y de alta velocidad, es muy difícil conectarse, llevando esto a la pérdida de tiempo-clase. Otra desventaja que se puede presentar es que tanto a los alumnos como a los maestros se les puede olvidar la contraseña para entrar y entonces el mismo libro te bloquea luego de tres intentos.
Si nos queremos enganchar en el tren de la modernidad, en la llamada Era de la Información Tecnológica, y comprometer a los alumnos a trabajar en un ambiente que ellos disfruten, debemos ir cambiando poco a poco nuestros paradigmas, valorando lo positivo que estas nuevas formas aportan al proceso de enseñanza-aprendizaje, ir de la mano con las herramientas de manera que nuestras clases sean desafiantes, mucho más productivas, dinámicas y que el aprendizaje sea más significativo