Es importante y conveniente, para todos en la familia, fortalecer los lazos familiares, ya que de esta forma se van formando relaciones significativas entre los miembros de la familia y teniendo momentos en los que las interacciones son más positivas y duraderas.
Cuando fortalecemos los lazos familiares, existe más unión entre los miembros de la familia y se solidifican las bases del mundo interior de cada niño.
Al cultivar relaciones cercanas entre padres-hijos (as), hermanos-as y demás familiares, transmitimos una enseñanza única que reafirma cada día el ambiente familiar como primera escuela de las relaciones humanas. El niño aprende que la entrega de amor incondicional, el saberse respetado, comprendido y amado, favorece el autoestima, mejora la convivencia y fomenta la unión y cercanía en la familia.
Los niños aprenden lo que viven en su familia, y así se desarrolla en ellos (as) la capacidad alianzas, vínculos cercanos de apoyo. Es decir; la cercanía no sólo se refiere a la transmisión de afecto entre los miembros de la familia, sino es una labor aún más trascendente en sus vidas: “Se refiere al grado en que la familia muestra un interés y valora actividades e intereses de cada miembro de la familia”.
¡Qué gran experiencia y regalo para sus vidas significa el tener lazos afectivos cercanos en la familia!
Mantener los vínculos afectivos y/o alianzas de apoyo en la familia , a través de los cambios y etapas de la vida, los (as) prepara para su vida futura y tood lo que tengan que enfrentar, de acuerdo a su realidad. Les enseña a ser personas resilientes y flexibles al cambio.
Dice Minuchin (1992) : ” Que la familia debe responder a cambios externos e internos, y por lo tanto, debe ser capaz de transformarse de modo tal que le permita encarar nuevas circunstancias sin perder la continuidad que proporciona un marco de referencia a sus miembros. “