Oradora Invitada en Graduación de Intec

Escrito por María Amalia León de Jorge en Reflexiones para Educadores

Nuestra Directora Académica Lic. María Amalia León de Jorge fungió como oradora en la XLI Graduación de Intec, en la que se invistieron a 620 profesionales.  La Lic. María Amalia León fue anteriormente honrada como Egresada Destacada del Intec 2010. A continuación compartimos con nuestros lectores sus palabras:

Muchísimas gracias por esta significativa invitación para compartir con ustedes en un espacio tan especial.  Hay momentos que se fijan en el tiempo y este es uno de ellos, de manera particular para los graduandos, sus familiares y amigos.
Debo confesar que he pedido a Dios que mis palabras puedan de alguna manera acariciar la celebración de sus logros académicos y que mis nervios se comporten….
Como han escuchado hace un momento, soy maestra. Y desde siempre lo he considerado un gran honor y una fuerte responsabilidad. El magisterio para mí, más que una profesión es un privilegio.
Y soy maestra porque estoy convencida  que la educación es el medio idóneo para la conquista del proyecto de libertad de cada ser humano; y además en ella radica la equidad de oportunidades que permite la inclusión y por consiguiente el desarrollo de una nación.
Permítanme abordar el tema educativo pues considero que es un quehacer que nos concierne a todos durante el devenir de la vida. Y de manera particular es la llave que nos va a permitir cuidar, convivir y progresar en esta tierra noble y generosa que nos vio nacer. Lo trataré  desde dos perspectivas que en el fondo tienen una esencia común.
La primera: LA NECESIDAD DE UNA NUEVA ESTÉTICA EDUCATIVA
La innovación es el motor de todo proceso productivo y lo que ustedes celebran hoy en este acto de graduación del INTEC es precisamente los conocimientos y habilidades cognitivas con las cuales poder innovar. Innovación es capacidad imaginativa trabajada, profundizada y articulada en una dirección determinada con el fin de lograr objetivos específicos.
Esta se hace evidente en las distintas carreras y oficios. Recientemente pudimos ver algunos egresados del INTEC que han aportado innovaciones  muy valiosas en sus diferentes áreas profesionales. No obstante, con pesar , también  podemos constatar innovaciones con un propósito de engañar y de lograr beneficios individuales ilícitos. De seguro que cada uno de ustedes tendrá sus propios referentes.
Por lo tanto la innovación puede darse en dos vertientes, para construir y para destruir. La interrogante sería entonces,  ¿Cómo posibilitar a través de la educación de personas, que la imaginación inagotable del ser humano pueda resultar en productos y procesos que hagan avanzar la humanidad hacia compromisos  de paz, de respeto y de prosperidad material, social y espiritual?
Precisamente para poder responder a esta pregunta en el contexto de un mundo altamente tecnológico, y tendente a la especialización, tenemos que pensar necesariamente en las humanidades y la cultura. Entendiendo como cultura lo que T.S. Eliot define como “ todo aquello que hace de la vida algo digno de ser vivido …algo que antecede y sostiene el conocimiento, una actitud espiritual y una cierta sensibilidad que orienta”.
Por esta razón educación y cultura son un binomio exponencial. Para hacer esto posible, urge entonces asumir una nueva estética de la educación, que la rediseñe para que se convierta en una actividad de todos los días, en responsabilidad de todo el mundo que se manifieste en cualquier lugar y siempre. El portero, vendedor, el publicista, abogado , empresario, el militar, ingeniero, comunicador, artista, el reportero, médico, profesor, todos sin excepción alguna. (Anécdota de la experiencia de un joven en una escuela apadrinada con el programa de Filosofía para Niños ).
La segunda perspectiva: LA NECESIDAD DE CREAR CAPITAL SOCIAL
En ocasiones siento que las limitaciones que nos imponemos con el lenguaje nos encierran en cárceles de las cuales es tan difícil escapar que nos hacemos prisioneros perennes de nuestras palabras.  Digo esto porque al estar ubicados como un país en “vía  de desarrollo”  implica dejar el desarrollo detrás  como paradigma sustituyéndolo por la panacea de “ alivio de pobreza”. De esta manera vamos restringiendo la idea de progreso nos conformamos con la contención de catástrofes y la reparación de daños.
Lo que puede traducirse metafóricamente hablando en una especie de dique didáctico o remiendo pedagógico inoperante.  Para constatar esto basta observar los últimos informes de la UNESCO , UNICEF y el más reciente de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), donde República Dominicana ocupó el último lugar de 38 países evaluados en educación cívica y ciudadana.
Nos hemos acomodado con una visión reduccionista de la educación. De hecho hemos llegado a pensar que la educación se centraliza en la escuela y las instituciones de educación superior. Si bien es  cierto que hay una necesidad  imperiosa de reafirmar la función educativa en la aulas, con el maestro, el material didáctico, la planta física… No es menos cierto que las condiciones básicas para aprender y para enseñar se encuentran tanto dentro como fuera del sistema escolar.
La educación es el espejo de una sociedad. En ella se refleja su cotidianidad: la económica, la calidad de los medios de comunicación (visuales, orales, escritos), la vida social, la tecnología, las manifestaciones culturales , artísticas y políticas de un país.
Pero más aún, la educación refleja las preferencia de sus habitantes, de manera acentuada, de aquellos que tienen poder y peso de decisión. Al fin y al cabo todos tenemos una escala axiológica con la que actuamos en la vida y en la mayoría de los casos más que no tener recursos es en qué invertimos lo poco o mucho que tenemos. Entiendo que como país tenemos que sincerar nuestras prioridades tanto individuales como colectivas.
Para lograr posicionar la educación como el timón de nuestro desarrollo, resulta imprescindible la colaboración de todos los sectores de nuestra sociedad. Entre los grandes obstáculos que no han permitido que la educación sea LA GRAN OBSESIÓN NACIONAL es que cada sector, cada individuo, tiene su propia agenda personal y apenas se relacionan entre si. Nuestro reto más evidente radica en la voluntad para crear un CAPITAL SOCIAL.
El Capital Social se sostiene en tres factores:
-La confianza, indispensable para lograr la colaboración.
-El orden, que permite que los procesos fluyan.
– Las Redes, a manera de un extenso cableado, para mejorar la eficiencia de una sociedad a través de las acciones coordinadas.
Y este capital Social, con toda certeza, potencia consecuentemente el capital humano y económico. Sencillamente es el binomio ganar-ganar.
En las hermosas palabras de John Donne quien fuera uno de los mejores poetas de la Inglaterra del siglo XVl.
Ningún hombre es una isla, ni está completo en sí mismo; todo hombre es un trozo del continente, una parte de la totalidad; si un pedazo de tierra fuera barrido por el mar, daría igual que pasara en Europa, o en un promontorio, o en la mansión de tus amigos o en la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me empequeñece, porque estoy integrado en la humanidad; por eso no envíes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas, porque doblan por ti.”
Que el cumplimiento de sus deberes les avale para reclamar con dignidad sus derechos. Y siempre recuerden el derecho de todos por la educación. El saber que no circula pierde su esencia, se vuelve estéril y amargo. Mientras que el jugo fresco del conocimiento compartido inspira, realiza y sostiene una nación.
Cuenta Federico García Lorca que el escritor ruso Fedor Dostoyevsky preso en Siberia , alejado del mundo entre cuatro paredes, cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; en una carta, pidiendo socorro a su lejana familia, sólo decía:
“¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!” Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir a la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Por último obsérvense, valoren en su justa medida el esfuerzo, el tiempo, los logros alcanzados hasta el día de hoy. Tengan presente que se han convertido en una referencia para alguien cercano. Y que en sus acciones futuras está la posibilidad potencial de ser inspiración para otros muchos. La educación les ha abierto los horizontes y con ello el compromiso inherente de ser luz para y con los demás.
¡Que Dios nos bendiga a todos y que en su bendición brille la educación dominicana!
Muchas gracias.
María Amalia León de Jorge

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2 Respuestas en “ Oradora Invitada en Graduación de Intec”

Sofia
Nov 1, 2010
9:46 am

Que inspirador! Sigamos alimentando nuestra alma y la de otros!

Daniela
Nov 12, 2010
16:32 pm

¡Qué palabras! Iluminan y dan esperanza de que con la educación sí se puede.

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