El Teatro Como Fuente De Enseñanza En La Educación Dominicana

Escrito por admin en Los Educadores se Expresan

En las sociedades del tercer mundo donde abundan las limitaciones económicas, por la falta de una educación eficaz, y también falta de oportunidades para escapar de la pesadez sofocante de vivir día a día, el teatro le proporciona a la persona un medio de escape a través del entretenimiento, así como  también educar sobre cómo enfrentar los retos de la vida diaria . La fibra moral de naciones receptores en vía de desarrollo, están bombardeadas y contaminadas por los insidiosos valores consumistas y hedonistas de otras sociedades más avanzadas, las cuales a menudo, la socavan con sus mensajes no muy subliminales.

Ante esta realidad, el teatro les permite, a países como la Republica Dominicana, un baluarte para preservar los valores culturales que mejor simbolizan la esencia de una referencia cultural determinada. Dada que la integración intercultural expone a naciones como la nuestra, cada vez más a las diferentes perspectivas sobre la vida, es papel fundamental del teatro, actuar como un proceso educativo para la comunidad en la cual existe, ayudar a cultivar y reforzar la identidad cultural de esta colectividad nacional.

Visto bajo esta realidad actual, el propósito del teatro no puede quedarse solamente en entretener a un público selecto, sino también en educar a la sociedad. El teatro es un escenario colectivo donde una comunidad se reúne para aprender valiosas lecciones sobre la vida. Una obra teatral tiene el deber de inculcar en el público la superación moral ante los retos de la vida, en especial aquellas tentaciones que socavan la ética y el deber cívico, que son los pilares de una saludable sociedad civil. Un dramaturgo, al escribir una obra teatral, utiliza el drama como una catarsis para expiar las debilidades y vicios que existen en el público, para que éste, al presenciar en los actores: sus dudas, luchas, derrotas y triunfos se vea reflejado a sí mismo. Durante el período de la presentación, los actores les darán vida a sus ideas e conceptos, que serán absorbidos y aprendidos por el público.

El dramaturgo es como un maestro que le habla a la sociedad en un lenguaje de naturaleza kinestésica, en la cual ellos reciben mensajes que les ayudan a conocer sobre la vida y la resolución de sus problemas. El auditorio del teatro es como una vasta aula publica y los espectadores son los alumnos del dramaturgo. Puede que dicho mensaje sea una crítica sobre la sociedad cuando ésta haya perdido su camino como en la actualidad le sucede a nuestro país. Pero el dramaturgo también puede recalcar sobre como mejor conducir nuestras acciones en momentos difíciles. Dadas estas circunstancias ‘sui generis’, qué mejor escenario que un teatro para reunir a adultos e incluso adolescentes, para impartirles lecciones que les ayudaran ser mejores seres humanos y mejores ciudadanos de la aldea global.

Muchas veces un aula carece del espacio apropiado para educar a muchos alumnos, y también dado su escaso armonía de estética, no les permite a aquellos alumnos reunidos ahí, sentirse inspirados para aprender, a pesar de cuan rica sea la clase. En cambio, el auditorio de un teatro es un escenario que transporta al público a otros fértiles mundos. Países como la República Dominicana, que enfrentan un déficit en la educación, deberían cultivar mas el uso del teatro como un rico recurso didáctico para la enseñanza, dada que ésta es una población que no ha podido cultivar los hábitos de lectura pero que por su naturaleza aprende mejor de forma kinestésica.

Qué mejor que utilizar el teatro como método de enseñanza, donde por el espacio de una hora y media o dos horas, incluso tres horas un público se transporta por la historia, la escenografia, y la actuación, a aprender de forma entretenida, sin darse cuenta que ahí son alumnos. Para un profesor, los alumnos en el aula van aprendiendo invaluable e inolvidable experiencias, que el dramaturgo les brinda para que sean mejores personas. Dada esta eficaz forma de ensenar, las escuelas públicas como también las privadas deberían considerar incluir el teatro, y las grandes obras teatrales como una opción complementaria a la literatura como herramienta de trabajo en todas las asignaturas del currícula entorno de esa institución. El drama les permite a los alumnos cultivar el habito de la lectura, aprender a seguir direcciones, a mejorar  su memoria, a darle rienda suelta su imaginación y creatividad, además de desarrollar el poder hablar frente un publico y mejorar sus destrezas de comunicación tanto oral como física.

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