Asumamos, Unidos, El Desafio Educativo De Nuestro País (Epílogo)

Escrito por Hno. Alfredo Morales en Filosofía Educativa, Hno. Alfredo Morales

“Procedentes de distintos horizontes y con experiencias variadas, los miembros de la Comisión Internacional han contribuido grandemente a la originalidad de su labor, gracias a la diversidad de sus puntos de vista.
Ahora bien, como el Informe trata de un número limitado de temas considerados particularmente significativos para el futuro de la educación, la selección que se ha hecho ha dejado forzosamente en la sombra, pese a su importancia, cuestiones de interés primordial para algunos.
De ahí que se decidiera a cada uno de ellos a hacer una contribución personal al Informe, consistente en un tema autónomo, a fin de reflejar más fidedignamente la diversidad de opiniones sobre los problemas abordados y la riqueza de los debates”.

A continuación aparecen las aportaciones personales de algunos de ellos:
“La Excelencia En La Educación: Hay Que Invertir En El Talento”
In’am Al Mufti: Ex – Ministro de Desarrollo social de Jordania.

No es posible contentarse ya, en los planes nacionales e internacionales de reforma de la educación, con una buena planificación. Es menester que las políticas de reforma estén en caminadas a la excelencia en materia de educación.
La amplia y rápida expansión del sistema educativo, ha impedido que se ocupe como convendría de la equidad en la educación, que supone proponer experiencias de aprendizaje adaptadas a las necesidades de los alumnos con aptitudes diversas.
“No hay nada más alejado de la igualdad, que tratar de igual modo a seres desiguales”.(Jefferson) Privar  a los alumnos con dotes excepcionales de posibilidades de educación apropiadas es privar a la sociedad de los recursos humanos más valiosos para alcanzar un desarrollo real y eficaz.
Ante esta situación, hay que crear otras posibilidades de educación, perfeccionando contenidos y métodos que tengan en cuenta las diferencias individuales. Las escuelas deberían implantar programas que estimulen y brinden una amplia gama de posibilidades de aprendizaje muy avanzado, a fin de atender las necesidades de los mejores alumnos, algo sumamente importante si se quiere formar a los dirigentes que van a estar a la cabeza de la marcha hacia el desarrollo duradero.
De no ser así, lo que parecería estar pidiendo a los alumnos es que intenten, no ya alcanzar la excelencia en sus estudios sino adaptarse a una norma.
Pero descubrir y cultivar las aptitudes de cada cual es tarea que no corresponde únicamente a la escuela. El papel de la familia y de la comunidad local en el pleno desenvolvimiento de las aptitudes del alumno es, a la vez soporte y complemento de los esfuerzos de la escuela.
La clave de esta participación de la comunidad sigue encontrándose en el fortalecimiento de la participación de las mujeres en el desarrollo. Las mujeres están actualmente insuficientemente representadas en casi todos los programas de enseñanza superior y en la mayoría de los puestos administrativos de alto nivel. La educación es condición esencial del fortalecimiento de la participación de las mujeres. La instrucción de las mujeres es probablemente una de las inversiones más rentables que pueda hacer un país.

“Una Vision De La Escuela Socializadora Del Siglo XXI”  
Roberto Carneiro: Ex – Ministro de Educación de Portugal.
El nuevo curso de la Historia, que ha provocado en particular desde 1989 el triunfo de una lógica económica implacable, impone necesariamente una reacción de nuestra conciencia, un despertar ético frente a la cuestión social fundamental: la agravación de las desigualdades en el mundo. Así pues, el siglo XXI debe hacer frente a una empresa colosal: reconstruir las comunidades humanas.
La solidaridad y un nuevo espíritu comunitario pueden, de nuevo, aparecer naturalmente como un principio orgánico, vertebrador de vida, y con otra opción frente a la exclusión y la desvitalización suicida de la trama social.
En ese contexto, órganos de socialización, fundamentales y estables como la familia y la escuela, deberán asumir de nuevo su función de núcleo básico, a partir del cual puedan establecerse los cimientos duraderos de la sociedad futura.
La educación ha sido siempre, y sigue siéndolo, una tarea eminentemente social. Los sistemas educativos son a la vez fuente de capital humano, de capital cultural, y de capital social.
De las cenizas del  “hombre lobo del hombre” puede surgir luego el “hombre amigo del hombre”,gracias a una educación que permanezca fiel a su meta comunitaria intrínseca.
La tarea es inmensa pero ineludible, pues de ella depende la construcción n del orden social del siglo XXI. Pero, por encima de todo, será una formación para la justicia, la que permitirá reconstruir el núcleo esencial de una educación moral de las conciencias.
Partiendo, pues, del principio de que la educación es un bien público, se debe considerar que la escuela es ante todo una institución social.
En definitiva, todo lo que suceda en el espacio escolar tiene consecuencias en el proceso de construcción de sociedades estables, pues se educa para una ciudadanía plena, mediante la edificación de comunidades educativas plurales, regidas por normas de participación democrática, en las que se da prioridad al método de negociación entre las diversas posiciones, y se rechaza toda forma de solución de los conflictos naturales por la violencia o el autoritarismo.
En una escuela de este tipo se adquieren las competencias indispensables para una socialización permanente. La educación y la socialización  están íntimamente ligadas durante toda la vida. El nuevo siglo es, por su propia índole, sinónimo de horizonte para una nueva esperanza que, al ser eminentemente humana y humanizadora, se basa insoslayablemente en la prioridad de la educación

“Comprender La Noción De Desarrollo Humano Sostenible”.    
Aleksandra  Kornhauser: Directora del Centro Internacional Químico de Eslovenia.
Esta expresión suele explicarse como una respuesta a la necesidad urgente de proteger el ambiente mediante la reducción del consumo mundial de recursos no renovables.
Pero se necesita otro enfoque de esta expresión:

El “desarrollo” debe ser la promesa optimista de una vida mejor para todos.

“Humano” debe hacer referencia a otro sistema de valores que dé más importancia a las riquezas no materiales y a la solidaridad, y que debe también mostrar el camino hacia una mayor responsabilización de la humanidad para con el ambiente.

“Sostenible” debe ante todo significar “mejor”, es decir, que ese desarrollo debe
permitir a todos alcanzar un nivel de vida más alto, consumiendo menos. Dicho   de  otro modo, el desarrollo humano sostenible debe entenderse en el sentido del progreso obtenido mediante el mejoramiento de la calidad de vida  de toda actividad humana.
Para conseguir una mejor calidad de vida, debemos mejorar nuestros conocimientos. Necesitamos progresar en las esferas de la ciencia y la tecnología, de las ciencias sociales y de las disciplinas humanas. Esos conocimientos deben integrarse en los conocimientos prácticos de ámbito nacional y local.
Para estar seguros de que la calidad existe en el plano humano, necesitamos también mejorar nuestros sistemas de valores. La sabiduría se basa en la alianza íntima de los conocimientos y los valores.
La educación sirve de base para la construcción del desarrollo humano sostenible. Hay que elaborar estrategias y programas de educación sobre el ambiente, que abarquen a la vez la enseñanza escolar y la educación informal, que adopten la perspectiva de la educación permanente y que sean aplicados por los poderes públicos, el sector de la producción, el del comercio y el de las comunidades locales.

“La  Educación Para Un Mundo Multicultural”
Rodolfo Stavenhagen, Investigador en ciencias políticas y sociales, México.

Al tiempo que la educación se vuelve más tangible para los habitantes del planeta, se impone bruscamente la idea de que “un vecino acaso no sea alguien como yo”, descubrimiento que para muchos puede ser traumático pues pone en tela de juicio las concepciones tradicionales de la vecindad, la comunidad y la nación, hasta entonces inmutables; trastorna modalidades de relación establecidas con los demás desde hace mucho, e indica la irrupción de la diversidad étnica en la vida cotidiana.
Por otra parte, la rápida expansión de las redes de comunicación hace surgir acontecimientos que se tenía la costumbre de considerar extranjeros ny alejados, en la intimidad de millones de hogares. Lo exótico ya no es distante, y lo distante es cada día más familiar.
La globalización tiene por contrapunto los movimientos masivos de población a través de las fronteras internacionales. En el curso de los últimos decenios son los trabajadores migrantes de todas las ex-colonias los que, con sus familias, han afluido por millones a las zonas industriales de Europa y América del Norte en busca de una vida mejor, y muy a menudo también para escapar de la opresión política y social.
Como resultado, en numerosos países hoy en día, los objetivos y los imperativos de un sistema educativo “nacional” entran en conflicto con los modos, intereses y las aspiraciones de grupos culturalmente diferenciados. Al mismo tiempo, esta realidad suscita tendencias antagónicas que empujan en direcciones opuestas: la tendencia a la homogeneización y a la uniformización en el plano nacional y  mundial; y, por otra parte, la búsqueda de raíces, de una particularidad comunitaria que para algunos sólo pueden existir si se refuerzan las identidades locales y regionales, manteniendo una sana distancia con “los demás”, a los que a veces se percibe como una amenaza.
Una situación tan compleja es un desafío para el sistema educativo y las políticas culturales sostenidas por el Estado.
Para que sea verdaderamente multicultural, la educación deberá ser capaz de responder a la vez a los imperativos de la integración planetaria y nacional, y a las necesidades específicas de comunidades concretas, rurales o urbanas, que tienen una cultura propia. Llevará a todos a tomar conciencia de la diversidad y a respetar a los demás, ya se trate de sus vecinos inmediatos, de sus colegas o los habitantes de un país lejano.
Una educación realmente pluralista se basa en una filosofía humanista, es decir, en una ética que considera positivas las consecuencias pluralistas del pluralismo político cultural.
Sin duda alguna, el mundo ha alcanzado ya madurez suficiente para ser capaz de suscitar una cultura cívica democrática, basada en los derechos de la persona, y alentar al mismo tiempo el respeto mutuo entre las culturas, fundado en el reconocimiento de los derechos colectivos de todos los pueblos del planeta, grandes o pequeños, cada uno de los cuales tiene tantos méritos como los demás.
Esa es la empresa que aguarda a la educación en el siglo XXI.

Abramos Nuestras Mentes Para Vivir Todos Mejor
 Myong Won Suhr: Ex- Ministro de Educación en la República de Corea.     
Todos nacemos egocéntricos, pero desde su tierna edad, cada ser humano se va dando cuenta paulatinamente de que debe coexistir con otros para salvación.
Las tensiones a que da lugar ese egocentrismo fundamental, suscitan múltiples dificultades, conflictos, decepciones e incluso odios, aun dentro de una misma familia, pero eso no  impide que cada cual deba aprender a vivir con los demás.
La meta final de la educación en el siglo XXI debe ser que todos vivamos en armonía. Desafortunadamente, no es esa la imagen que da nuestra vida cotidiana, ni el hogar, ni en la escuela, ni tampoco en el plano comunitario o nacional. A escala internacional la situación es más difícil aún.
Los sistemas educativos son, por lo general, nacionalistas; y cuando lo son agresivamente, ponen en peligro la coexistencia pacífica en el mundo.
Los rápidos progresos en el mundo de la ciencia y la tecnología nos han convertido en miembros de una comunidad mundial, en habitantes de una única “aldea global”. Ahora bien, la mayoría de la gente no tiene conciencia de ello.

Reformar la educación para cambiar las cosas.
Al comienzo del siglo XXI se advierte con claridad que, en todo el mundo, es menester impartir con carácter urgente a la opinión pública una educación y una información constructivas para disipar las aprensiones que le inspira el nuevo siglo, en buena parte debidas a las políticas de repliegue antaño por todos los países, aún en el terreno de la educación.
Un destino común en la aldea global.
Hemos entrado a una era en la que, por así decirlo, ya no hay fronteras nacionales. Quieran que no, los pueblos del mundo deben vivir juntos. Todos debemos tener conciencia de ello, y educar como conviene a nuestros futuros ciudadanos del mundo.
Corresponde, así pues, a los organismos gubernamentales y no gubernamentales subraya la importancia de la apertura en el plano político y educativo.
Pese al egocentrismo antes mencionado que caracteriza a todos los seres humanos al comienzo de su vida, tengo, pues, confianza inquebrantable en el futuro de la humanidad. Nuestro tesoro común de sabiduría y experiencia puede permitirnos –  y sin duda alguna lo hará – hallar la manera de aumentar nuestros bienestar espiritual y material, y de vivir juntos armoniosamente.

NOTA: Estos artículos complementarios, no serán comentados. Se transcriben en forma total o parcial según el alcance de su contenido, pero todo lo transcrito corresponde  al autor de dicho mensaje.

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Nov/11
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