Educar: ¿Profesión o Vocación?

Escrito por Hno. Alfredo Morales en Filosofía Educativa, Hno. Alfredo Morales

“Un educador es quien entrega su vida por el bien de la humanidad, como los padres responsables y los profesores, quienes cumplen amorosamente su misión” (Encuesta)
La primera exigencia de la vocación educativa es precisamente haber captado que se trata de una vocación, de una misión.
La profesión puede escogerse; la vocación se descubre, se vive, se realiza.
“Vocación” viene del latín “vocare“, que significa llamar, convocar.
Discernir la voz interior que convoca a la tarea educativa desde lo más profundo de la propia conciencia es la fuente de la vocación. Darle contenido y vigencia es el ejercicio de la misión educativa.
“Misión”, a su vez, viene del latín “missio“: enviar.

El educador es, pues, un ser CONVOCADO Y ENVIADO.

¿Convocado por quién? Para los creyentes se trata de una llamada específica de Dios para un servicio a los hombres:  para los demás es una convocatoria interior, fruto y expresión de la solidaridad humana, una exigencia de la propia conciencia, algo no definible; pero que en ambos casos se hace presente con una fuerte dosis moral: ser educador o no ser nada.

¿Enviado a quién? A los hombres, sin distinción, pero en especial a las vidas nuevas. ¿Para qué? Para dar cabal realización al proyecto de humanizar a todo hombre y a todos los hombres, ayudándolos a vivir en un “mundo humano”, habitable, hecho de justicia, de amor y fraternidad.

De esa convicción de “haber sido convocado y enviado” es que debe surgir, como de un manantial inagotable, la energía espiritual que permitirá al educador hacerle frente con fortaleza invencible a los mil escollos que se presentarán en su camino, superándolos con esperanza y optimismo.

Vista así, la vocación educativa es una experiencia muy amplia, una vivencia de servicio y promoción humana que se realiza en muchos medios distintos, de las más variadas formas, y a través de las circunstancias más disímiles: educadores son los padres, los consejeros, todos los que se “entregan”, como bien señala el joven cuya opinión encabeza el tema. Así fue entendida la función educativa en las sociedades primitivas, y es curioso que así lo perciben también los jóvenes de hoy.

Esta súbita “explosión” del contenido estrecho que tradicionalmente se le ha dado al término “educador”es un hecho que es uno de los conceptos que más apertura y movilidad está experimentando hoy en día. Y está evolucionando precisamente en esa dirección: de la idea de profesión (aspecto más reciente, de carácter jurídico-institucional) al de vocación (aspecto original, de carácte antropológico-moral).

No significa de ninguna manera que la acción educativa en el futuro no requerirá preparación ni calidad, ni que vaya  a ser ejercida sin planificación, orden ni evaluación. Pero indudablemente, las exigencias de calidad van a ser de otro orden.

Entrar sin vocación en la zona sagrada de la educación, aún cuando se estuviera jurídicamente protegido por garantías profesionales, es una tremenda responsabilidad. ¿Reside aquí la causa de la tristeza y desgano con que algunos ejercen sus responsabilidades educativas? “Somos felices o desdichados por lo que llevamos dentro” (Agatha Christie)

Si el educador tiene fe en su vocación educativa, si la alimenta, si se aferra a ella en los momentos de dificultad, descubrirá en su acción diaria el milagroso manjar que le permitirá seguir adelante, porque entenderá y amará lo que está haciendo, aún cuando no perciba inmediatamente sus frutos.

¿Simple profesional?¿Educador? Esta es la opción de los que se  internan en los difíciles caminos de lal educación. Lo ideal es la conjunción de ambos valores, que en ningún momento se oponen: educador por vocación, profesional por la preparación y la calidad de la acción educativa.

La pasión del espíritu es sentirse impelido metafísicamente, la obra de un “genius” en el alma. El estar-llamado es más que el tener-una-profesión. El educador tiene una misión especial”. (Eduard Spranger)


*Tomado del libro”El desafío de Ser Educador”, Hno. Alfredo Morales.

Publicado originalmente el 28 de septiembre del 2010

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2 Respuestas en “ Educar: ¿Profesión o Vocación?”

Rosa o.sanchez
Oct 30, 2010
10:03 am

Es un articulo my intereseante ojalá que aquellos educadores enganchado tengan la oprtunidad de leer esto para que se den cuenta lo que es ser maestro por vocación.
Los felicito por contrubuir a mantener informadas a las personas con todos esos artículos que ustedes publican.

esther abreu
May 28, 2013
13:46 pm

Con este articulo he aprendido muchas cosas,y voy a poner en práctica muchas de las ideas que aquí nos plantea.Muy interesante,¡Felicitaciones!

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